domingo, 16 de mayo de 2010

Carta de despedida de Soraya


Miami, 8 de Mayo del 2006

El camino no ha sido siempre fácil, sin embargo la esperanza, los sueños e ilusiones no han dejado nunca de estar presentes. Sueños de los cuales ustedes han sido cómplices incondicionales, algunas veces caminando a mi lado, cantando conmigo, o llevando mi mensaje de esperanza a esos lugares a los que físicamente no he podido llegar. Por eso, mil gracias. "Durante este tiempo juntos, las páginas de mi diario interno se han mantenido siempre activas. Algunas se han llenado con historias que muchos de ustedes han querido compartir conmigo por medio de e-mails o cartas, otras por experiencias vividas juntos y algunas más por pensamientos personales nacidos de su generosidad. De estas últimas páginas, he tenido el privilegio de compartir algunas en diferentes formas, mi página web, mis entrevistas, mis canciones, o en mis conciertos en donde sus aplausos alimentaban mi corazón. Últimamente estas páginas han dejado de ser internas y se han convertido en páginas compartidas, sólidas y llenas de sinceridad, creando un libro que espero sea la respuesta a muchas preguntas que no han sido aún elaboradas o contestadas. El permitirme escribir mi historia me hizo confirmar que si bien las recompensas materiales son necesarias para el diario vivir, las recompensas espirituales son las que realmente me han permitido vivir ésta vida. Toda esa energía positiva, todo ese amor que un día logré compartir con ustedes lo he recibido siempre de vuelta multiplicado en un millón. Gracias por abrir sus corazones a mi música, sin sus oídos mis canciones serían sólo un sueño. Mi arte ha sido siempre por ustedes y para ustedes. Espero que les permita sentir, pensar, apreciar, cuestionar, añorar y sobre todo, amar. Mi jornada hoy día no es fácil, pero quiero que sepan que su apoyo incondicional ha estado siempre en mi corazón. No tengo duda que cada experiencia vivida, por simple o complicada que sea, ha contribuido a la sólida base de mi existencia y ha hecho que cada momento de mi vida sea especialmente importante. Como dije antes, he cumplido mi sueño y el día de hoy no puedo pedir más. Mi misión empezó como un sueño y se convirtió en una realidad por ustedes. Hoy ha dejado de tener sólo mi voz y crece día a día por medio de las suyas. No importa si tuvimos la oportunidad de sonreír cara a cara o no, cada uno de ustedes ha sido y serán siempre una bendición para mí. Mi historia física puede llegar a su fin, pero estoy segura que la que existe en el corazón de ustedes seguirá presente por la eternidad. Confío en que mi existencia dejará huella en la vida de ustedes beneficiando en un futuro a muchas mujeres y que la luz de mi vida iluminará la de muchas familias más. "No hay dolor en vano porque la esencia de la vida consiste en trascender en los demás y en regalar el valor de mi experiencia y de mi lucha para hacer de sus días un mejor existir. Aun no alcanzamos la meta, pero se que día a día estamos mas cerca de ella. Hoy no pierdo esta batalla porque sé que lo que he luchado no es en vano, si no que ayudará a vencer una batalla mayor, la de la detección temprana y prevención de este terrible mal. Ahora les toca a ustedes seguir con nuestra misión. Deseo de corazón contagiarles mi amor a la vida y que seas tú un canal que lleve a mucha gente este mensaje que puede salvarles la vida. Te pido comprendas la oportunidad que tienes ahora de prevenir un enemigo que puede acabar con tu vida. ¡No se dejen vencer! Hay mucho camino que recorrer y esta lucha vale la pena. "...Cuando sólo escuchas el latido de tu corazón. Encontrarás entre su ritmo y el silencio la razón..."

Con amor

Soraya

martes, 4 de mayo de 2010

Carta manuscrita de Onetti





28/sept.

Querido Quijano: en "El País" del 14 de setiembre se
publica una doble página dedicada al
último medio siglo de la literatura uruyuaya.
Ignoro quien es el autor y decidí no averiguar.
Pero nadie puede dudar sobre su talento y cultura.
Y yo menos que nadie, deslumbrado por el espa-
cio que se me dedica y la adecuada magnitud de los
elogios.
Sin embargo, hablar de estos pasados cincuenta
años sin mencionar a Paco Spínola, sin
destacar la importancia extraordinaria de su
obra y su obvia trascendencia, me resulta
tan absurdo como escribir una historia política
del Uruguay escamoteando a Battle y Ordonez o
a Aparicio Saravia. Absurdo que se agrava-
ría —como en el caso literario—con la mención
de otros nombres que solo pueden pretender olvido y piedad.

Reverso

Usted me entiende y tal vez entienda el aristarquito de
turno que obtuvo la colaboración de Miguel de Cervantes
para el último número de MARCHA.
Reitero mi admiración por el ensayista de "El País". En
consecuencia, el increible ninguneo de Espínola [tachado: no]
puede haber nacido de carencia intelectual alguna. Otra
debe ser la madre del borrego y espero divertirme mucho
y pronto cuando me tropiece con Paco y lo ayude a des-
pertar viejos perros dormidos.

Afectuosamente

J C O

Fuente: http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/onetti/cronologia/default.htm

Carta manuscrita de Onetti


28/sept.
Querido Quijano: en "El País" del 14 de setiembre se
publica una doble página dedicada al
último medio siglo de la literatura uruyuaya.
Ignoro quien es el autor y decidí no averiguar.
Pero nadie puede dudar sobre su talento y cultura.
Y yo menos que nadie, deslumbrado por el espa-
cio que se me dedica y la adecuada magnitud de los
elogios.
Sin embargo, hablar de estos pasados cincuenta
años sin mencionar a Paco Spínola, sin
destacar la importancia extraordinaria de su
obra y su obvia trascendencia, me resulta
tan absurdo como escribir una historia política
del Uruguay escamoteando a Battle y Ordonez o
a Aparicio Saravia. Absurdo que se agrava-
ría —como en el caso literario—con la mención
de otros nombres que solo pueden pretender olvido y piedad.
Reverso
Usted me entiende y tal vez entienda el aristarquito de
turno que obtuvo la colaboración de Miguel de Cervantes
para el último número de MARCHA.
Reitero mi admiración por el ensayista de "El País". En
consecuencia, el increible ninguneo de Espínola [tachado: no]
puede haber nacido de carencia intelectual alguna. Otra
debe ser la madre del borrego y espero divertirme mucho
y pronto cuando me tropiece con Paco y lo ayude a des-
pertar viejos perros dormidos.
Afectuosamente
J C O


Fuente: http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/onetti/cronologia/default.htm

Carta de León Trotsky a Joan London



Querida camarada: Experimento cierta confusión al confesarle que sólo estos últimos días, es decir, con un retraso de treinta años, he leído por primera vez El talón de hierro, de Jack London. Este libro me ha producido -lo digo sin exageración- una viva impresión. No por sus estrictas cualidades artísticas: la forma de la novela no hace aquí más que servir de cuadro al análisis y la previsión sociales. Voluntariamente, el autor es muy parco en el uso de los medios artísticos. Lo que le interesa no es el destino individual de sus héroes, sino el destino del género humano. Sin embargo, no quiero con esto disminuir en nada el valor artístico de la obra, y principalmente de sus últimos capítulos a partir de la Comuna de Chicago. Lo esencial no es eso. El libro me ha impresionado por el atrevimiento y la independencia de sus previsiones en el terreno de la historia.
        El movimiento obrero mundial se ha desarrollado, a fines del siglo pasado y comienzos del presente, bajo el signo del reformismo. De una vez para siempre parecía establecida la perspectiva de un progreso pacífico y continuo del desarrollo de la democracia y las reformas sociales. Desde luego, la revolución rusa fustigó al ala radical de la socialdemocracia alemana y dio por algún tiempo un vigor dinámico al anarcosindicalismo en Francia. El talón de hierro lleva, por otra parte, la marca indudable del año 1905. La victoria de la contrarrevolución se afirmaba ya en Rusia en el momento en que apareció este libro admirable. En la arena mundial, la derrota del proletariado ruso dio al reformismo no sólo la posibilidad de recuperar posiciones perdidas un instante, sino incluso los medios de someter completamente al movimiento obrero organizado. Basta recordar que fue precisamente en el curso de los siete años siguientes (de 1907 a 1914) cuando la socialdemocracia internacional alcanzó al fin la madurez suficiente para jugar el bajo y vergonzoso papel que fue el suyo durante la guerra mundial.
      Jack London ha sabido traducir, como verdadero creador, el impulso dado por la primera revolución rusa, y también ha sabido repensar en su totalidad el destino de la sociedad capitalista a la luz de esta revolución. Se ha asomado más particularmente a los problemas que el socialismo oficial de hoy considera como definitivamente enterrados: el crecimiento de la riqueza y de la potencia de uno de los polos de la sociedad, de la miseria y de los  sufrimientos en el otro polo. La acumulación del odio social el ascenso irreversible de cataclismos sangrientos, !todas estas cuestiones las ha sentido Jack London con una intrepidez que incesantemente nos obliga a preguntarnos con asombro: pero ¿cuándo fueron escritas estas líneas? ¿Fue acaso antes de la guerra?
       Hay que destacar muy particularmente el papel que Jack London atribuye en la evolución próxima de la humanidad a la burocracia va la aristocracia obreras. Gracias a su apoyo" la plutocracia americana logrará aplastar el levantamiento de los obreros y mantener su dictadura de hierro en los tres siglos venideros. No vamos a discutir con el poeta sobre un plazo que no puede dejar de parecernos extraordinariamente largo. Aquí lo importante no es el pesimismo de Jack London, sino su tendencia apasionada a espabilar a quienes se dejan adormecer por la rutina, a obligarlos a abrir los ojos, a ver lo que es y lo que está en proceso. El artista utiliza hábilmente los procedimientos de la hipérbole. Lleva a su límite extremo las tendencias internas del capitalismo al avasallamiento, a la crueldad, a la ferocidad ya la perfidia. Maneja los siglos para medir mejor la voluntad tiránica de los explotadores y el papel traidor de la burocracia obrera. Sus hipérboles más románticas son, en fin de cuentas, infinitamente más justas que los cálculos de contabilidad de los políticos llamados «realistas».
        No es difícil imaginar la incredulidad condescendiente con la que el pensamiento socialista oficial de entonces acogió las previsiones terribles de Jack London. Si nos tomamos el trabajo de examinar las críticas de El talón de hierro que se publicaron entonces en los periódicos alemanes Neue Zeit y Worwarts, en los austriacos Kampf y Arbeiter Zeitung, no será difícil convencerse de que el «romántico» de treinta años veía incomparablemente más lejos que todos los dirigentes socialdemócratas reunidos de aquella época. Además, Jack London no sólo resiste, en este dominio, la comparación con los reformistas y los centristas. Se puede afirmar con certeza que, en 1907 no había un marxista revolucionario, sin exceptuar a Lenin ya Rosa Luxemburgo, que se representara con tal plenitud la perspectiva funesta de la unión entre el capital financiero y la aristocracia obrera. Esto basta para definir el valor específico de la novela.
       El capítulo "La bestia gimiente del abismo" es, indiscutiblemente, el centro de la obra. Cuando fue publicada la novela este capítulo apocalíptico debió parecer el límite del hiperbolismo. Lo que ha ocurrido después lo supera prácticamente. Y, sin embargo, la última palabra de la lucha de clases no ha sido aún dicha. “La bestia del abismo” es el pueblo reducido al grado más extremo de servidumbre, de humillación y degeneración. ¡No por eso hay que arriesgarse a hablar del pesimismo del artista!. No, London es un optimista, pero un optimista de mirada aguda y perspicaz. «He aquí en qué abismo la burguesía nos va a precipitar sí no la vencéis, tal es su pensamiento" y este pensamiento tiene hoy una resonancia incomparablemente más actual y más viva que hace treinta años. En fin, nada es más impresionante en la obra de Jack London que su previsión verdaderamente profética de los métodos que El talón de hierro empleará para mantener su dominación sobre la humanidad aplastada. London se muestra magníficamente libre de las ilusiones reformistas y pacifistas. En su visión del futuro,  no deja subsistir absolutamente nada de la democracia del progreso pacífico. Por encima de la masa de los desheredados, se elevan las castas de la aristocracia obrera, del ejército pretoriano, del omnipresente aparato policial y, coronando el edificio, de la oligarquía financiera. Cuando se leen estas líneas, uno no cree a sus ojos: es un  cuadro del fascismo" de su economía, de su técnica gubernamental y de su psicología política (las páginas 299, 300 y la nota de la página 301 son particularmente notables). Un hecho es indiscutible: desde 1907, Jack London ha previsto y descrito el régimen fascista como el resultado inevitable de la derrota de la revolución proletaria. Cualesquiera que sean "las faltas" de detalle de la novela -y las hay- no podemos dejar de inclinarnos ante la intuición poderosa del artista revolucionario.
      Escribo precipitadamente estas líneas. Mucho temo que las circunstancias no me permitan completar mi apreciación de Jack London. Me esforzaré más tarde por leer las otras obras que usted me ha enviado, y en decirle lo que pienso de ellas. Puede hacer de mis cartas el uso que usted misma juzgue necesario. Le deseo éxito en el trabajo que ha emprendido sobre la biografía del gran hombre que fue su padre.

     Con mis saludos cordiales.

    Coyoacán, 16 de octubre de 1937.

Fuente:  Edición digital de la Fundación Andreu Nin, junio 2006